miércoles, 18 de febrero de 2009

Mi deportación (I)


¿Os acordáis de aquella canción de Sabina llamada "la del pirata cojo"?. El tío va contando todas las vidas que le molaría ser y nuca será. Un extracto de la canción...

"...con un poco de imaginación partiré de viaje enseguida a vivir otras vidas, a probarme otros nombres, a colarme en el traje y la piel de todos los hombres que nunca seré: Al Capone en Chicago, legionario en Melilla, pintor en Montparnasse. Mercenario en Damasco, costalero en Sevilla, negro en Nueva Orleans..."

Pues bien, hay una parte de la canción en que dice que le gustaría ser deportado en algún país. A mí esto, ya me pasó.

La historia es la siguiente. En la primavera de 2008, mi novia (hoy mi mujer), me dice que sus padres, ya jubilados, quieren hacer un viaje de al menos 2 semanas por Argentina. El viaje quieren organizarlos para ir ellos, María, su hermano y yo. Al principio me resisto por aquello de que aunque mis entonces futuros suegros, son gente muy agradable, no es mi idea de viaje ideal el pasarme 2 semanas con ellos visitando lugares, comiendo y cenando siempre con ellos. Al final, me convence el hecho de que me pagan el viaje de ida y vuelta (no soy persona agarrada, pero 800€, son 800€) y de que vamos a visitar no solo Buenos Aires, sino gran parte de la Patagonia (Perito Moreno incluido) y las Cataratas de Igauzú (haciendo frontera con Brasil). Osea, el centro, el sur y el norte.

Me ilusiono, me compro una guía de viajes, me llevo ropa de abrigo para la Patagonia y bañadores para Iguazú. Me empapó de la historia de Argentina (muy ligada a la nuestra), salivo pensando en las carnes y vinos que voy a catar, celebro el poder comprarle a mi hermano todas las camisetas de fútbol que le gustan (incluida una del mítico Ferrocarril Oeste), me dicen que los precios están por los suelos, en muchos casos 5 veces por debajo de los precios españoles...

El avión (Aerolíneas Argentinas) sale a las 07:30 a.m. de un sábado, hay que estar en Barajas a las 05:00. Nos levantamos antes de las 04:00 a.m. y apenas he dormido más de 2 horas. Facturamos. Un tío empanado y aparentemente bisoño tarda muchísimo en hacernos las gestiones. Pasamos el control Policial. Subimos la avión. 12 horas de agonía aérea transatlántica...

Por fin estamos en mi Buenos Aires lindo y querido, que 20 años no son nada, que Dios es argentino y blablabla. Control rutinario de emigración y chequeo de Pasaportes. Pasan mis suegros, pasa mi cuñado, pasa mi novia, (todos técnicamente ya en Argentina), el último soy yo. Pienso que el funcionario está tardando mucho tiempo en revisarlo, pasa las hojas de adelante hacia atrás y a de atrás hacia adelante, me mira, mira el pasaporte, me vuelva a mirar cada vez con más extrañeza, la tercera mirada ya es de preocupación, súbitamente con una voz con tonillo de Maradona me dice: "¿vos no disponés de otro Pasaporte?. Perplejo le digo que para que quiero otro Pasaporte si ya tengo uno. Con gesto entre divertido y nervioso me dice: "Porque este expiró "hase" 6 meses, ¿no le dijeron nada el en el Check-in de España?

TO BE CONTINUED...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hostia, no me acordaba de la historia, muy buena Carlos Rilova y/o quien resultase ser...
Acábala pronto por favor!

Anónimo dijo...

Ah, y no te olvides de escribir también lo de la multa por mear en la puerta del Ayto. de Córdoba en la despedida de Toscano

Carlos dijo...

Para el fin de semana escribo la 2ª temporada jajajaja